lunes, 18 de febrero de 2013

RETRATOS

Los rasgos, las expresiones, es algo que tengo bastante estudiado. Siempre suelo recibir encargos de retratos. La mayoría de ellos son al lápiz de diferentes durezas, sobre fotografías de muestra. A veces las fotos son tal cual, y otras muchas, varias unidas formando una única composición. Quién no tiene una foto en la que no todos aparecen como les gustaría. Bueno, pues se pone otro rostro y listo, pero con cuidado de no inventar demasiado, por que un sólo rasgo puede hacer que cambie toda la cara.
Hacer retratos me gusta y me relaja, pero lo cierto es que, en el caso del lápiz, es un trabajo casi mecánico que deja poco espacio para la imaginación. Ensuciar, limpiar, ensuciar y vuelta a sacar brillos hasta que conseguimos una escala de grises natural. La mayoría de la gente lo que busca en un retrato es un parecido casi fotográfico. Pocas veces se encargan retratos a plumilla, por ejemplo, o de estilo de cómic, o de alguna foto menos convencional, que ya me gustaría hacerlo. A ver si alguien se anima. Aún así, por muy realista que resulten los retratos a lápiz, siempre intento que no se pierda la identidad de dibujo que es necesaria. Un difuminado por alli, un trazo más resaltado por allá.
Hay una cosa que hay que tener clara a la hora de entregar un retrato a quien lo ha encargado y es lo que siempre repito a la gente con la que trabajo:
Lo importante de un retrato es que, sin tener la foto de muestra al lado, lo mires e identifiques a las personas que aparecen. Si es así, es que está bien hecho.



 
Lápiz
 
 
 
 
Lápiz
 
 
 
 
 Lápiz
 
 
 
 
Acuarela 
 
 
 
 
Tinta sepia + tinta negra
 
 
 
 
 Acrílico
 
 
 
 
Lápiz + tinta + acuarela + digital
 
 
 
 
 


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